- No tenés anticuerpos ni para la hepatitis A ni para la B.
La médica clínica a la que le llevé mis estudios me sonríe desde la pantalla que nos separa post pandemia de covid.
-Tiene sentido, nunca me vacuné- le digo. Nací en 1977 y en esa época no era obligatoria. Y de grande nunca tuve un médico clínico. Sos mi primera médica clínica.
-Sí, es una vacuna que se incorporó tarde. Pero tendrías que vacunarte.
-¿Cuáles son los riesgos? ¿Y cómo debería hacer? La verdad es que no tengo ni idea.
-Una se transmite por saliva. La otra por sangre o relaciones sexuales. El peor escenario es que si alguna vez estás en Brasil, te accidentás y necesitás una transfusión de sangre tenés riesgo de contagiarte.
-Bueno, qué escenario te mandaste.
La médica clínica además es infectóloga, me había olvidado.
-La antitetánica ¿cuándo fue la ultima vez que te la diste?
Trato de hacer memoria.
-Creo que fue cuando me hicieron la laparoscopía. Tenía 35 años.
-Bueno, deberías dártela cada 10 años. Tenés 48, ya te vendría bien un refuerzo.
Escribe unas órdenes. Me da unas indicaciones. Son tres dosis una, dos dosis la otra. La antitetánica es una dosis y me la puedo dar junto con las otras. Agarro las órdenes. Ella mira los estudios que le llevé. Me los devuelve.
-Por el resto, todo impecable. hasta los 50 años no tenés que hacerte ningún estudio más.
Rebozo salud. Claramente.
-Mi mamá murió el 2 de marzo, le digo.
Y me largo a llorar.
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