Ya sólo entrar a "Nino" y el mozo comienza a acomodar las mesas. A veces pienso que las verdaderas charlas están allí. La comida es intensa pero tarda en llegar. Nosotros somos un coro de entrañas acompañado por algunas alusiones sobre la literatura latinoamericana. Pero no todo es literatura: aquí está la vida, las decisiones, momentos de sueño y la seducción. El domingo por la mañana estoy pisando nuevamente Buenos Aires. De Resistencia me llevo lo mejor de cada uno de estos momentos.