15/3/06

Solidaridad

Abro la puerta de mi edificio y me encuentro con mi vecina de abajo. Nadie la quiere mucho porque es mala persona y siempre se anda quejando.

-¡Qué ruido hacen sus campanitas!
-¿Mis campanitas?
-Sí, eso que tiene ahí colgado en su blacón...
-Ah, el llamador de vientos.
-¿Vió que cuando hay viento...?
-Sí, claro...
-¿Y cómo encontró sus plantitas?
-...
-Sus plantitas, ¿no se secaron?
-No, no se secaron. Mi madre venía tres veces por semana.
-Ah, yo también se las regaba.
-....
-Sí, con la manguera.
-¿Con la...?
-Sí, como yo lavo el techito no me cuesta nada.
-Ah, bueno, gracias.
-Cuando quiera, eh, me avisa.

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