8/1/08

Traful

Tenía cinco años cuando fuimos a Traful. Mi hermano tenía dos y medio y era tan chiquito que cuando lo pusieron a dormir en la bolsa de dormir se perdió. Nos despertó a las tres de la mañana llorando y gritando, mamá, mamá, la pueta, mamá. ¡Buscaba la puerta! El pobre había dado la vuelta completa y estaba en el fondo de la bolsa buscando la salida que, claro está, no iba a encontrar. ¿Cómo hizo para darse vuelta? Bueno, era muy pequeñín.
En realidad a mí me faltaba un mes para cumplir seis. Porque yo desde que me conozco que cumplo años en febrero. Todo esto para decir que dentro de un mes cumplo años. Y sí. Uno dice cosas para, en realidad, decir otras. Implicaturas conversacionales.
Cuando la gente me habla de Traful y me pregunta si conozco Traful yo digo que sí. Pero estoy segura de que no conozco Traful at all. Yo conozco Traful a través de los ojos de una nena que aún no había cumplido los seis años. Si me preguntan algo, no podría recomendar nada. No tengo idea de cómo se llega a las playitas, ni de cómo se llama el camping, ni de si ese camping aún existe. Sólo recuerdo que llovió mucho, que había muchos chicos con los que nos hicimos amigos, que armamos una banda que se llamaba "La banda del ratón desinflado", que había dos chicas más grandes (tenían nueve años) que me explicaron la existencia del Cielo y el Infierno, que a causa de eso desarrollé un miedo tremendo a la oscuridad (complicado, porque estábamos de campamento y no había luz eléctrica), que en la playita a la que íbamos había una piedra hermosa y grande a la que nos subíamos y "lavábamos" con el agua del lago, que mi mamá ponía los yogures en una bolsita y luego los sumergía en el lago para mantenerlos refrigerados.

Me gustaría preguntarle a mi hermano qué recuerda él.

4 comentarios:

cläu dijo...

qué lindo tu hermano!
qué miedo que meten las nenas de 9!!!

conocí Traful hace unos 22 años, con mi esposo fuimos a pasar año nuevo,
en un citroen que transformamos en mehari.
pasamos por salmonicultura, compramos unas truchitas para cenar
llegamos tarde, plantamos la carpa en un valle y prendimos el fogón
al otro día amanecimos entre un millón de ovejas "soñado"

nos bañábamos en el lago qué dolor de cabeza me daba sacarme el shampoo en el agua helada

Anónimo dijo...

jaja, lo del shampoo tal cual!
Encima es un agua re dura y el jabón no se va nunca!

(que no nos escuche greenpeace que andábamos llenando de espuma el lago)

besitos!

Flor

Fabián dijo...

Yo también acampé por Traful, allá por el '98. Lo que más me impresionó fue la sensación de pileta eterna del lago "planchadísimo". Daba la sensación de que al tirar una piedra, las olas llegarían solitarias hasta la otra orilla, kilómetros más allá... Creo que ese vértigo ante la quietud es solo comparable con el de las noches estrelladas de invierno sin luna.
Y pensar que acá en buenos aires, casi no se ve el horizonte...

cläu dijo...

sr fabián, tiene que salir al campo de bs. as., que el horizonte se ve bellísimo al atardecer!

bajo ese hermoso lago, hay un bosque sumergido que se puede visitar con equipo de buceo...
... es puro vértigo!!!

saludos y gracias por traerme esos bellos paisajes!