5 de mayo de 2006

La lectura de los otros

Fue un largo viaje para que este sobre descanse en las manos del señor Vila Matas. Vaya uno a saber que hará él con ese sobre y con ese fajo de hojas que es mi librito guardado allí dentro. Vaya uno a saber qué hara Cristina Piña con el otro sobre y la cartita destinada a ella. Vaya uno a saber, a veces estas acciones son como pequeñas paladas de arena al mar. Sé que las paladas al mar se disueven allí mismo y, sin embargo, mis dos paladas de ayer me modificaron. No es lo mismo que un grano de arena esté o no esté en la superficie de una playa. Mi playa ha quedado más vacía y el mar se ha llenado de más arena. Y quién sabe si esa arena volverá modificada, distinta, escrita por ese mar imenso que son los ojos de los lectores, de los escritores y de los críticos.

6 comentarios:

b. dijo...

pues mucha merde!

Cereza Martinez dijo...

genial. Estoy tratando de conseguir por aqui, libros de VM pero en catalá

Juan M Tavella dijo...

buena iniciativa. hay que juntar coraje.

ugenia dijo...

yo también quiero leer!!

Anónimo dijo...

mucha merde!!!
qué bueno, cómo me gustaría escribir y leer tanto como vos!!!

el mundo va a caer dijo...

efectivamente, el mundo no se cayó (tomé la precaución de escribir la frase en futuro para postergar siempre la caída, como en un movimiento mesiánico). pero lo cierto es que estoy más lejos que cerca. prometo el regreso... y espero que la arena vuelva con las olas en una tarde de verano.