miércoles, 3 de mayo de 2006

Descubrimientos

Fin de semana de descubrimientos.
Papá me da el libro de cartas que le pedí. Leo la antología que reunió Margarita Aguirre en un libro que editó Sudamericana por los años ochenta. Allí se lee la correspondencia que mantuvieron Pablo Neruda y Héctor Eandi. Cartas de jóvenes escritores. Otro siglo. Otras guerras. Las mismas esperanzas. La poesía está allí. Y también el afecto, el compañerismo. Descubro como Héctor Eandi le da a leer al propio Jorge Luis Borges -un mozuelo en esos años- Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Y también escribe sobre Neruda, le envía su artículo con una carta y allí comienza todo. Y entonces pienso en las cartas que he enviado en estos días y en las que he recibido. Pienso en los fajos de hojas que son ahora A cuerpo perdido y que los he enviado al exterior a direcciones postales reales y no virtuales. Pienso en que pocas cosas han cambiado. La lectura y la escritura son hábitos que se han mantenido durante siglos.

2 comentarios:

Juan M Tavella dijo...

ojala no me haga nunca conocido y mis cartas permanezcan en los cajones de sus destinatarios.

Flor dijo...

Bueno, quizás te tranquilice saber que el mismo Eandi fue quien le dio las cartas a Margarita Aguirre hace muchos años y que ella las guardó. Y fue el propio Neruda quien le dijo a Margarita de la existencia de esas cartas hace más años aún.
Por lo que creo que había un consentimiento de sacar las cartas de los cajones donde estaban guardadas (aunque en el caso de Neruda él no guardaba ninguna carta)