12/7/07

Lirios

Maipú al 900.
Pleno centro de la ciudad y un frío memorable.
Adentro de la Art Gallery los colores invitan a jugar. Cada cuadro es una historia que leo como un libro abierto. Un libro donde las superposiciones temporales y espaciales despiertan la imaginación del ojo. Mi padre tiene un ojo maravilloso, entrenado, pero que aún puede sorprenderse como un niño. Habla de líneas, espacios. Yo aprendo, absorbo. Pero también hago oídos sordos a lo que me dice y me dejo llevar por esa corriente de sensaciones que se me despiertan con cada cuadro colgado. Cada uno de ellos es un lenguaje nuevo. Los materiales, las texturas, la suavidad y la dureza que los colores expresan. Unos simples trazos dibujan una maternidad. Sólo dos colores y el dibujo es fino, delicado. Otra ráfaga de colores muestran un jardín intenso, los pétalos nos saltan a la cara, la frescura se nos mete en la piel.

Mi padre me ha llevado hasta aquí para que elija un cuadro. En realidad, me ha llevado para que elija un cuadro de Donati. La primera vez que vi un cuadro de este artista fue en el living de la casa de mis padres. Me quedé embelesada. El cuadro pertenecía a una serie llamada "Los jardines del paraíso". Eran lirios. O calas. Los colores invitaban a meterse adentro del cuadro. Invitaban a respirar. Ese Donati ocupa hoy una pared central en el living de mis viejos. Es un jardín en sí mismo. Dentro de la casa. Algo muy especial.

Ahora mi padre quiere que elija un Donati para mi casa. Quiere regalarme un jardín. Hay tres cuadros posibles. Pero yo me quedo con los rojos furiosos, los pétalos que se salen de la tela. Son lirios, me dicen. ¿Lirios? Pienso en mis lirios rotos que no terminan de escribirse. Me emociono. ¿Alguna vez probaron meterse adentro de un cuadro? Camino esos lirios, los recogo, los abrazo. La fragancia es elástica, se escapa. ¿Quién este Donati? ¿Por qué eligió lirios? Alguna vez tendré que conocerlo.

Llevamos también otro cuadro de Javier Talía.
Pero eso es otro post.
En realidad todo esto puede ser otro post. El cuadro que ven allí no tiene nada que ver con el cuadro que adquirimos. Pero quería poner algo de él.
Lo dejo así.

Día memorable, ayer.
Gracias, papá.

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