jueves, 1 de noviembre de 2007

La mujer de las serpientes

Qué absurda la división de bienes. La división de seres. L a división de órganos. Alguien muy maquiavélico ha querido que esto así sea. ¿Cómo es que vine a parar a este mundo? De todos los mundos posibles he imaginado éste. No estaba en mí. Estaba en lo que ustedes vieron de mí. Lo que ustedes querían ver de mí. Este espacio es un fraude. Yo no soy un fraude. Y ahora que las revoluciones no son estallidos ni espasmos de violencia sino una marea lenta que sube, se explaya, va a romper en el punto exacto, donde la flecha es flecha y no arco vacío, donde la ola es bella y no espuma desangrada, ahora que la revolución respira conmigo digo: silence.
Por qué.
La mujer que ven ahí lleva serpientes escondidas en su cabellera castaña.
Yo la peino todos los días y no tengo espejo.
La serpiente muerde mi mano.
Todos los días.
¿Quién se atreve a peinar a una mujer con serpientes en su cabellera castaña?
Nubedeagua se ha roto.
Y esto es recién el comienzo.