Hey, vos.
¿Cuántas veces soñaste con cortar tu dni, tu cédula, los carnets identificatorios?
Hey, vos.
¿Cuántas veces soñaste con irte simplemente por la senda del sur? Lo que el sur es para algunos, para otros es el norte.
¿Qué significa la "n" al final de tu cinturón? le preguntó Ron Franz a Cristopher McCandless, alias Alex Supertramp.
"Significa Norte", respondió el joven de 24 años.
Significaba Alaska.
Into the wild, la película que dirigió Sean Penn trata de los dos últimos años de la vida de Cristopher McCandless. Un joven que luego de graduarse en la universidad de Emory cortó lazos con la sociedad que lo rodeaba y decidió buscar su propio destino. Antes que el amor, antes que la seguridad, antes que los méritos, antes que las relaciones humanas: la verdad. Donó a
Oxfam lo que quedaba de sus ahorros destinados, en principio, a la continuación de su educación universitaria (24.000 dólares), quemó el puñado de dólares que le quedaba, cortó todas sus tarjetas que lo identificaban y con un puñado de libros -Thoreau, Jack London, Tolstoi- se echó a andar por los caminos.
¿Pero qué caminos?
¿Es posible caminar sin mapas en un mundo trazado una y mil veces por los satélites?
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Hay veces en la vida en que es importante no ser necesariamente fuerte sino sentirse fuerte. Medirse a sí mismo al menos una vez, encontrarse al menos una vez en las condiciones más primitivas, sin nada que nos ayude salvo las manos y tu propia cabeza".
Hay veces en la vida.
Sí.
Las carreras universitarias, dijo Cristopher McCandless, son el invento del siglo XX. No quiero eso para mí.
¿ Y el dinero?, le preguntaron.
El dinero hace a la gente cautelosa. Yo no quiero ser cauteloso.
Pero tendrás que ser cauteloso, le dijeron, no puedes vivir sólo de tu libro de plantas comestibles.
Cristopher McCandless estudió cursos de historia y antropología. Sacó diez en
Apartheid en la sociedad Sudafricana, diez en
Política africana contemporánea, diez en
Crisis alimentaria en África. Con notas así podría haber ingresado a la Universidad de Harvard sin problemas.
Pero no era eso lo que quería. O al menos no era
eso lo que quería a los 23 años.
Mucho se habla de la falta de ritos de iniciación en nuestra sociedad.
¿Cómo nace un hombre en este siglo?
¿Cuando el niño adolescente deja de serlo?
Cristopher McCandless tenía un riguroso código moral. Y no tenía mesura.
Era un extremista. Un viajero cuya morada era el camino.
Libertad absoluta, rezaba.
Luego de andar y andar por un año y medio llegó a Alaska, su aventura final: la batalla para matar el falso yo y concluir victorioso la revolución espiritual.
En su andar por esos lares encontró un autobus abandonado en el medio de la espesura. Allí armó su refugio.
La batalla final habría de concluir un día de primavera cuando, luego de haber sobrevivido al invierno más crudo, Cristopher decide volver con los hombres.
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Viví muchas cosas, y ahora creo que hallé lo que se necesita para ser feliz. Una vida aislada y tranquila en el campo, la posibilidad de ser útil para quienes es fácil hacer el bien pero no están acostumbrados a que se lo hagan. Y un trabajo que se espera sea de utilidad. Y el descanso, la naturaleza, libros, música, amar al prójimo. Esa es para mí la idea de felicidad. Y sobre todo, tú como compañera, niños quizás... ¿Qué más puede desear un hombre?".
Cristopher decide volver pero el río que cruzó a pie hace unos meses ahora ha crecido a niveles insospechados. Es imposible cruzarlo. Queda literalmente atrapado por la naturaleza.
Se ha dicho que McCandless podría haber sobrevivido de haber sabido que había un puente a diez kilómetros de donde estaba. Pero Cristopher no llevaba mapa y no sabía de la existencia de un puente. Algunos definieron su muerte como un suicidio. Otros lo definieron como un idiota. Sólo un idiota puede morirse de inanición a sólo veinte kilómetros de la carretera, dijeron. Y en verano.
Lo encontraron dos semanas después de su muerte. Pesaba sólo treinta kilos.
Pero creer que McCandless era un idiota por no llevar un mapa es no comprender en absoluto lo que McCandless buscaba.
Duele la muerte de Cristopher McCandless. ¿Cómo nos hubiera contado su historia?
Dentro de sus libros se encontraron varias notas. Entre ellas una frase que decía: "la felicidad sólo es real cuando es compartida".
Duele que no haya podido compartir su idea de felicidad con nosotros.
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