jueves, 26 de enero de 2012

Un Dorian Gray en la espalda

Si fuera una poeta de verdad escribiría una oda a los omóplatos. ¿Cómo es que a nadie se le ha ocurrido? Se habla de los ojos, de la boca, del cabello. ¡Vamos! Patrañas. La verdad de una persona está en sus omóplatos. ¿Cómo están tus omóplatos? ¿Sueltos o trabados? ¿Te duelen? ¿Te dolieron pero ya no los sentís porque están duros como una roca? ¡Los omóplatos son como el cuadro de Dorian Gray de cada uno de nosotros!

2 comentarios:

Julián Torrado dijo...

O sea que, en mi caso y tras haberme fracturado ambas clavículas, el diagnóstico es simple: DEFORME.

Flor dijo...

jajaja, nooooo. Usted es joven, todo es recuperable.