jueves, 26 de agosto de 2004

Heteróclita

A veces soy tan heteróclita que siento que dejo de ser persona para volver a serlo en un santiamén. No debe ser muy sano eso pero no me importa puesto que ya me estoy constituyendo y necesitando de algo para ya dispersarme y hacer otra cosa. La curiosidad mató al gato. Pero como aquí no hay gatos y sólo hay personas podemos decir que la curiosidad puede ser una muy buena amiga en momentos claves de inspiración oceánica.