jueves, 12 de agosto de 2004

Que quede claro

Me harté. Se acabó. Qué avenida horrible. Qué colores horribles. Qué ciudad horrible. ¿Cómo es que de pronto todo puede transformarse en un pantano? No quiero volados, no quiero brillantitos, no quiero colorcitos, no quiero chucherías, no quiero pestañas más largas ni medias más finas. No quiero lana de Suiza, no quiero colgantes nuevos, no quiero pulseritas de plástico. ¡No quiero! Sólo quiero terminar con este maldito trámite y ya.