Sábado por la mañana. Me despierto a las siete.
¿Qué hago despierta a las siete?
No lo sé.
Volvé a dormirte, querés.
No puedo. Los pajaritos están cantando.
¿Cantando?
Sí.
¿Y eso es un problema?
No, es bellísimo.
¿Y entonces?
Que no quiero dormirme porque quiero escuchar el canto de los pájaros.
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