lunes, 27 de noviembre de 2006

La jaula del lenguaje

Frío en el vidrio.
Siete y diez y el humito de la pava sobrevuela por la cocina.
Las tostadas toman color, la mermelada y la manteca están en su punto justo y ahí vamos con la bandeja en mano hacia el living.
Los papeles de ayer descansan sobre la mesita baja. ¿A ver?

*Imperativo y subjuntivo. Cómo dar ordenes, indicaciones e instrucciones.

Puf.

Ser cortés o no cortés, esa es la cuestión para algunos norteamericanos: Tráigame la sal, o bien, ¿podría traerme la sal?
Y así.

Enseñar a hablar no es sólo enseñar estructuras.
Cada cual, ¿habla como puede o como quiere?
Hay que tener algo de imaginación. Los que tienen imaginación se las arreglan con pocas estructuras: claramente demostrado.

En el subte me entretengo con The bell Jar de Sylvia Plath.

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