domingo, 11 de marzo de 2007

Ira

Se incrusta en mis labios. Que no dicen nada. Y callan.
La garganta es un músculo bello y alargado que emite sonidos. No canciones. Y siglos atrás hubieras escrito un poema sobre esto. Pero hoy ya te hartaste de jugar. Te hartaste de las imagenes bellísimamente perturbadoras.
La ira es un fuerte construido con cientos de cañones. Armados. ¿Quién enciende la mecha? Cuando el alivio es pequeño la rabia de los cañones vuelve
con
más
fuerza.

Un chac. Eso es: chac chac chac.

Ya verán, perturbadores de la belleza, de la idiotez prescripta, de la maldición de palabras erradas.
Yo no quiero más palabras.
¿Qué mas da que sea aire, agua, fuego, tierra?

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