26/3/07

Coso mi vestido de dudas

En él hay fotografías desteñidas y puntadas sin hilo. No importa. Para amarte no necesito un vestido. Leo un poema que aún resuena en la punta de mi lengua. Me despierta la niñez dormida. Los ojos más grandes que la boca. La boca más grande que la nariz. Viva. Viva. Viva. Tres veces viva por las lluvias internas del organismo.

Así, sin espejo, parada en el fondo del salón pequeño. No hay profundo pozo. Sólo rizomas. Los niños me tocan. El olor de la infancia me susurra movimiento. Las entrañas cantan la tierra de un ser nuevo. Y el camino está en las panzas de otros. El ciclo nunca se detiene.

y yo
y yo
y yo

compro poesía en una librería
para tu futura infancia.

1 comentario:

Juan M Tavella dijo...

una belleza.