Trabajo en varios lugares y me desplazo por diferentes puntos de la ciudad. Pero ya no corro. Tengo confianza en que voy a llegar. Como si el tiempo fuera uno mismo que respira y respira y luego exhala y exhala. Hasta llegar. Como cuando el sombrerero le decía a Alicia: al tiempo no le gusta que lo marquen. Trato, entonces, de no regirme por el reloj que está en mi muñeca sino por el reloj que está en mi pecho.
Un
bum bum
bum bum
que no para nunca y marca un paso y otro.
Entonces Buenos Aires se abre como una flor y los pétalos somos todos nosotros. Una chica me pregunta cómo hacer para llegar al subte B. Estamos en los pasillos subterráneos donde los hombres hormigas caminan sin mirarse. Y yo le digo que me siga, que yo no voy hacia el B pero que puedo ayudarla. Y empezamos a caminar junto con las otras hormigas.
Cric - cric. Cric- cric.
Paso a paso descubro que ella es de Resistencia y que su andar es distinto. Los pasillos se dividen, se angostan, suben, bajan y la dejo en el comienzo de uno que la conducirá al subte que anda buscando mientras yo me dirijo al D por otro pasillo y adiós, hasta luego, ya no te veré pero qué bueno que exista gente de Resistencia en esta ciudad.
bum bum
bum bum
y así hasta toparnos uno junto otro.
Click
Vos y tus ojos bellos de músico viajero.
2 comentarios:
el tiempo es de uno
el tiempo es relativo
uno es relativo a uno
el resto puede esperar
gracias flor
Qué buena concepción del tiempo.
Como para permanecer sana. Debería contagiarme.
bum bum
bum bum
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