lunes, 5 de abril de 2010

Bad feeling

I got a bad feeling
it's gonna rain like crazy

it's gonna rain plantations
it's gonna rain brown arms

Laura Love, Octoroon


Va a llover. Alguien da una fiesta en algún punto de la ciudad. El aire aún huele a verano. Mi vestido tejido de rojos, naranjas y amarillos son el blanco perfecto, me distingo demasiado. Eso nunca es bueno en la ciudad. Nunca es bueno en una parada de colectivos desierta. Nunca es bueno que la parada de colectivos esté cerca de una plaza a la cual Mauricio Macri ha cercado para nuestra seguridad.
Son calles que conozco. Las he caminado mil y una veces. En mi adolescencia, en mi adultez. Sola o con amigos. En una dirección y luego en otra. Pero esta vez hay una valla que no conozco. Y yo llevo un vestido que no uso nunca salvo en ocasiones especiales.
Dos mujeres se me acercan. Llevan el color de la tierra y sus ropas están ajadas por el tiempo y la suciedad. Ninguna de ellas leerá mi relato. De sus labios sale una letanía: una monedita, dame una monedita, dame una monedita. Instintivamente les alcanzo las únicas monedas que tengo para el bondi. Las voces comienzan a subir de tono. Me exigen más. Dame más, dame más. Estoy sola en una calle desierta. ¿Dónde está todo el mundo? Me siento fuera de lugar en un espacio que se llama ciudad con un vestido inapropiado en una hora inapropiada. Dame más, dame más, gritan las voces. No me tocan pero esas voces me empujan. Son dos, yo soy la tercera. Les miro las manos. Puños. Están enojadas. ¿Con quién?
El vértigo pende de un hilo tan delgado. Una de ellas se abalanza sobre mí y mi acto es instintivo, casi animal. ¡Andate a la concha de tu madre!
Lo siguiente es su cara de sorpresa, mi manos empujando y mi cuerpo envuelto en tejidos rojos y amarillos saliendo disparado como un rayo exótico por las calles valladas de la ciudad.

2 comentarios:

marin dijo...

qué triste

Flor dijo...

Lo es. Tengo una amiga a la que le conté esto. Ella trabaja dando talleres de cine en villas. Me dijo: esa sensación que vos sentiste de rechazo, ellos la sienten todo el tiempo.