viernes, 29 de abril de 2011

Invertidas

Me duelen músculos que ni sabía que tenía. Ayer en el paro de manos pude sostener el equilibrio. No debo creérmela. Hay días en que el equilibrio sale y días en que no. En sirsasana sigo descostillándome. Es increíble cómo en las posiciones invertidas se notan todas las compensaciones que hacemos estando de pie. Me pregunto en qué otras cosas sucede lo mismo. Algo cambia en nuestra perspectiva de ver las cosas y dejamos de reconocernos. ¿O es que nos empezamos a conocer de verdad?

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