La moza ya me conoce y es amable conmigo. Por la ventana veo pasar gente apurada. Yo tengo todo el tiempo y una birome entre dos dedos. Los libros que me rodean van cobrando sentido: cartas, recomendaciones, viajes, entrevistas. El texto va cobrando forma. Ya tiene algunos capítulos, ya tiene una introducción y un epílogo.
Días como hoy.
En un capítulo de un libro encuentro un rastro suyo a seguir. Una huella.
En mi cuaderno trazo estas coordenadas con café. También hago muchas llamadas por celular.
-Creo que encontré algo -le digo.
Días como hoy.
Poco dinero en el bolsillo pero muchísimas monedas.
Alcanzan para un pequeño ramo de flores en el puesto de la esquina.