Invitamos a mamá a comer a casa. Mi papá está en Venezuela así que aprovecho para suplir el asado del domingo con nuevos platos. De todo lo que aprendí con Lili el sábado pasado decido deleitarlos con la salsa carmín, entre otras cosas. Tengo una variedad de hongos secos que he puesto a hidratar: shitake y gírgolas. Además, pak choy, rúcula, brotes de soja, una variedad de verduras de hoja verde que le dan al plato un aspecto primaveral. Me esmero en la salsa que acompañará la cebada: remolachas, puerros, cebolllita de verdeo y zanahorias. El que inventó la multiprocesadora es un genio. La salsa queda espesa y de un rojo púrpura brillante.
-¿Vos te vas a dedicar a hacer shiatsu o a abrir un restaurante?-me pregunta mi mamá mientras me ve espolvorerar semillas de amapola en su plato. Y enseguida agrega: -No, no, mejor aún, vos tenés que abrir un restaurante donde además hagan shiatsu.
Sin palabras.
2 comentarios:
yo iría, no tengas dudas!
mmmmmmm Flor, que hambre me diste, que espectacular suena todo eso!!!
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