viernes, 12 de septiembre de 2008
Quirófanos
Me golpea un recuerdo. Llorar a la salida del colegio, tengo diecisiete años y el corazón destrozado. Ya no soy una nena. Soy grande. No es el primer quirófano pero esta vez no estoy en la sala de espera. Es que ya son tantos los quirófanos que ha dejado de ser importante estar en la sala de espera. Esta vez, estoy en el colegio. Lloro pero soy grande. El abrazo de Ale es caliente, una tal Beatriz, de administración, pregunta si llaman a mi casa. Y yo, no, no llamen. Es que allí no hay nadie. Ale me dice, vení a mi casa. Pero estoy peleada con Ale. Hace un año que no nos hablamos. Ella vuelve a decir, vení a mi casa. Y no me dice "yo te cuido" pero es como si me cuidara. Las calles de Belgrano están inundadas. Nos cuesta cruzarlas. El cielo está furioso. Alguien, ahora, en este momento, está introduciendo un escalpelo en el ojo de mi madre. Ya no lloro. Se me han secado las lágrimas.
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6 comentarios:
qué post más hermoso. me pusiste la piel de gallina. y yo que nunca terminé de agradecerte el contacto del oculista que hizo que mi mamá vea cada vez mejor ahora... ojalá algún día pueda ella misma agradecértelo personalmente.
te quiero con el alma entera.
Chizz!! ¡Qué bueno lo que me contás de tu mamá! No sabía que habían consultado. Me parece fantástico.
Yo también te quiero con el alma entera!
Flor, que lindo escribís, como me gusta!, debe ser muy duro estar en el colegio pensando que a tu mamá la están operando, como no iba a llorar esa nena!
este post me da muchas ganas de abrazarte mucho! yo tmb te quiero, flor!
No sé cómo no conocía este blog, es maravilloso.
Besos
gracias vebu, pasá cuando quieras.
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