martes, 31 de agosto de 2010

La raíz de mi vocación

Dice Otilio Galíndez (y yo le creo):

De no ser por mi mamá y mi papá yo no hubiera tenido inclinación musical. Eso nació y se desarrolló bajo los estímulos musicales de mi mamá que se la pasaba todo el día cantando (todavía lo hace). Ella me enseñó canciones del siglo XIX y XVIII. Yo me las aprendí todas, ahorita debo haberme olvidado varias. Pero esa es la raíz de mi vocación. Las vocaciones tienen una raíz. Esa es la mía.
De la misma familia, por ejemplo, mi hermano no. Mi hermano tiene oído rítmico pero no melódico. Baila y toca la maraca, señal de que tiene oído rítmico, pero cuando quiere pronunciar una nota... pobrecita esa nota.
Decididamente, la culpable de todo lo bueno que yo haya hecho es mi mamá.

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