viernes, 27 de julio de 2012

Desayunar

¡¡¡¡¡¡¡RIIINNNGGGG!!!!!!!!!
Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse. "Ya hay que levantarse y nos comimos todo el combustible..." Llama a la primera neurona que tiene a mano y manda un mensaje a ver qué disponibilidad hay de glucosa en la sangre. Desde la sangre le responden:
-Aquí hay azúcar para unos 15 a 20 minutos, nada más.
El cerebro hace un gesto de duda, y le dice a la neurona mensajera:
-De acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver qué tiene en reserva.
En el hígado consultan la cuenta de ahorros y responden que a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos. En total no hay sino cerca de 290 gramos de glucosa, es decir que sólo alcanzará para 45 minutos, tiempo en el cual el cerebro estará rogándonos que desayunemos.
 

Si estamos apurados o nos resulta insoportable comer por la mañana el pobre órgano tendrá que ponerse en emergencia: 
-Alerta máxima: nos están tirando un paquete económico. Cortisona, hija, sacá lo que puedas de las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel. 
La cortisona pondrá en marcha los mecanismos para que las células se abran cual cartera de mamá comprando útiles y dejen salir sus proteínas. Estas pasarán al hígado para que las convierta en glucosa sanguínea. El proceso continuará hasta que volvamos a comer. 

Como se ve, quien cree que no desayuna se está engañando. Desayuna, sí, pero se come sus propios músculos. Se devora a sí mismo. La consecuencia es la pérdida del tono muscular y un cerebro que, en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasará la mañana activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento. La razón de que los músculos sean los primeros utilizados como combustible de reserva en el ayuno matutino se debe a que en las horas de la mañana predomina la hormona cortisol que estimula la destrucción de las proteínas musculares y su conversión en glucosa. 


Así que nunca más salgas sin  desayunar. Tu organismo te los agradecerá y compensará con mayor salud y energía. Vivirás más sano y feliz junto con las personas que querés y tu mente y pensamientos serán más ágiles y espontáneos. 

Fuente:
Dra. Daniela Jakubowicz (Endocrinóloga)

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