jueves, 26 de abril de 2012

Ayer en la clase de yoga estaba sola. Estas clases, cuando suceden, son como un regalo del cielo. Mi profesora aprovechó, entonces, para enseñarme algunas variantes de sirsasana. Hace algunos meses aún necesitaba de la pared para subirme al paro de cabeza. Ahora lo puedo hacer en el medio de una habitación sin miedo. Y ayer, bueno, ayer me desayuné con que se puede hacer parsva sirsasana y parivritta eka pada sirsasana.

Cada día, más sorprendida. Las variantes de sirsana fortalecen y elastizan la columna vertebral además de desarrollar los músculos de las piernas, tonificar los riñones, la vejiga y los intestinos.

El de la foto es B.K.S Iyengar por si alguien no lo sabía. Es un gran maestro que aún sigue vivo, practicando su arte, perfeccionando su técnica y enseñándolo a miles en la India. 

1 comentario:

Pau Bambú dijo...

Estamos cada día más yoguinis, amiga!!
Que lindo que tuviste ese regalo... cuando yo lo tuve aproveche a hacer ese que nos cuesta y me di el gustazo de pedir la rueda al 100%... la espalda feliz y yo más!!!
Me gusta este camino y es lindo juntas... Hagamos la clase este fin de :)