Escuchaba "Las golondrinas" de Jaime Dávalos y Falú. La versión de Liliana Herrero que Facu usó para el final de Zamacueca, una obra tan bella. Y me acordaba de cómo me impactó la primera vez que escuché esa copla hace ya varios años que decía "Y ya me voy, ya me iré donde no hayan amores mal pagadores, traidores, traidores".
La vida cambió. Las golondrinas volvieron.
Los amores mal pagadores son amores también. Nadie puede decir lo contrario.
Los amores traidores, son amores también.
Pero, claro, siempre es mejor irse de esos amores, ¿no?
Las coplas son tan sabias.
Realmente.
1 comentario:
siempre me pareció que decian mucho del que las canta, de sus sentimientos...
saludos
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