En estas semanas aprovecho para hacer otras cosas que habían quedado relegadas. Entre ellas, estoy aprendiendo nuevos movimientos, nuevas técnicas. Este fin de semana hice los primeros dos seminarios para la formación de terapeuta Nuad Thai. Quedé fascinada con el masaje tradicional tailandés del norte. Estiramientos, tracciones, palancas, todo un sistema increíble basado en el propio cuerpo humano. Un conocimiento milenario que se siguió transmitiendo de generación en generación y que hoy tiene buena aceptación en el mundo occidental.
Sigo con el profesorado de yoga. Pasito a paso. Voy a las clases, practico en casa, imagino como sería dar una clase. Todavía no me imagino en ese rol. Tal vez no lo haga nunca. A veces estudio cosas que son para mí.
Me gustaría volver a danzar. Pero, quién sabe. Este comienzo de año viene muy raro.
Así estamos. Esperando el otoño.
2 comentarios:
No por nada Shiva es un dios danzante :)
Por supuesto, un comentario muy acertado!
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