miércoles, 22 de junio de 2011
Indignación de Philip Roth
Indignación de Philip Roth (Mondadori, 2009) estuvo dando vueltas en mi mesita de luz un tiempo largo. Es cortito, contundente y revelador. Corre el año 1951 para un estudiante judío de 18 años en Estados Unidos y la guerra de Corea es una amenaza para su futuro inmediato. El despertar de su vida se confunde con una posible muerte en combate. Marcus Messner, judío de nacimiento, que ha leído a Bertrand Russell en el instituto, hijo de un carnicero kosher que enloquece cuando su hijo cumple la mayoría de edad, elige una universidad lo suficientemente lejos de su casa para escapar de la locura de su padre. Es joven, es ateo, está ansioso por aprender todo lo más que pueda y ser el primero de su promoción. Por lo demás, la universidad es una forma de retrasar la llamada al frente. Pero el mundo nunca es perfecto y hay una guerra en Corea, su padre ha enloquecido pensando que su hijo desperdiciará su vida en una casa de putas, el Decano de la universidad lo increpa porque Messner no parece llevarse bien con sus compañeros muy adeptos a las fraternidades y, para colmo, Marcus se enamora por primera vez de una chica que ha querido abrirse las venas y morir desangrada -tal como su padre desangra a los pollos-. Indignación está plagado de indignación, de estallidos de furia que salpican de a cachos el libro mientras una guerra infame se lleva la vida miles de jóvenes norteamericanos que apenas han comenzado sus vidas. Una crítica brutal a una sociedad que se ha vuelto loca, que desprecia los valores de la vida y ensalza a los que saben sonreir y esconder el brazo. Con una prosa demoledora y el humor que caracteriza a Roth este libro se lee de un tirón.
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