jueves, 14 de julio de 2011

Hermandad

Por estos días mi pasado vuelve a mi en imágenes. Es bueno cuando el inconsciente se echa a rodar. A veces las imágenes son borrosas. Otras no. Nítidas a más no poder. No es que recuerde cosas sino que vuelvo a vivirlas con la plenitud que en ese momento no pude. Vuelvo a vivir un dolor infantil que me dejé por la mitad. Un dolor que yo creía otra cosa. Pero no.

Claro como el agua.

Estas teclas son de agua. Blandas. Aprieto delicadamente cada botón. Es un piano de letras. Y cada una tiene un sonido particular que voy recitando.

Había una vez una hermana mayor y un hermano menor.

2 comentarios:

Gabriela Aguirre dijo...

Dolina decía que el recuerdo de una felicidad pasada, es dolor, el recuerdo de una alegría que ya no está, es dolor, mientras que el recuerdo del dolor sigue siendo dolor... No sé si estoy tan de acuerdo con él.
Besos.

Flor dijo...

Pobre Dolina. Cuanto dolor acumulado!