Hoy volví a ver Un novio para mi mujer. No me acuerdo en que año se estrenó pero sí me acuerdo que la vi el año en que me separé de Guille. Y debo decir que, si bien la película es una comedia, yo en ese momento no paré de llorar durante toda la trama.
Adrián Suar y Valeria Bertuccelli hacen el papel de el Tenso Polsky y la Tana Ferro, una pareja que llevan varios años viviendo juntos, ella sumida en una depresión iracunda porque no encuentra su rumbo en la vida y él que ya no la soporta y quiere separarse pero no sabe cómo.
Lo que yo veía básicamente en la pantalla, hace tres años, era a un tipo con mucho miedo a enfrentarse con cosas (su padre, su futuro laboral, su propia mujer) y una mujer con una ira tremenda frente al mundo que la rodeaba porque las cosas no le habían resultado como ella hubiera querido. En resumidas cuentas: miedo y frustración, una combinación letal para la felicidad.
La verdad es que yo no podía dejar de sentirme reflejada en muchas de la actitudes de la Tana Ferro. Esa sinceridad violenta cuando se declara enemiga del optimismo y dice: "que alguien me explique lo que es una desgracia con suerte", o cuando pone en ridículo a las amigas de Tenso dando a entender su desprecio por los buscadores de coincidencias pelotudas: "Así que Gachi, Pachi, vos, tu ex novio y yo somos de sagitario, mirá que grosso, eh". El personaje de la Tana hoy me hace reir pero hace tres años me hacía llorar. Y es que vivir con ese nivel de ira no se lo deseo a nadie.
De hecho, una de las escenas que aún hoy me sigue partiendo el corazón se desarrolla en el consultorio de la psicóloga. Ellos ya están separados pero aún así aceptan ir a estas sesiones para clarificar qué pasó. Frente a los reclamos de él, en un momento ella le dice: "Me parece que las personas no son felices todo el tiempo". Frase muy acertada por cierto. Porque es cierto. No somos felices todo el tiempo. Más allá de lo que podamos cambiar o mejorar, la verdad es que hay momentos en la vida que si te tocan vivirlos a edad muy temprana pueden ser muy duros.
Vivir en pareja y bancarse al otro cuando está pasándola mal, no es nada fácil en este mundo cada vez más egocéntrico. Hay que saber poner el hombro y dejar el egoísmo de lado. Hay que saber querer y eso no abunda por doquier.
La actuación de la Bertucelli es maravillosa. Y banco el personaje de la Tana a muerte. Porque en algún punto, quienes han tenido parejas de larga convivencia, se han visto más de una vez en esas situaciones excéntricas. No hay que ser tana para eso sino simplemente tener un poco de sangre en las venas. Y eso, por suerte, nos sucede a todos los que estamos vivos.
Ah, esta escena es imperdible:
4 comentarios:
lo de la tragedia con suerte es tremendo... quién fue el pelotudo que inventó esa frase?
jajaja, sí. Y tenés que ver cómo ella la dice.
Siempre dijeron que yo tenía ese humor de mierda...
Como me reí tanto con la peli, casi lo tomé como un halago...
Besos!
me inspiraste así que bajé la película jajaja ¡me mató!
cómo odio los "auteurs" que crean cosas de autor!!
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