Hoy la clase la dio Andrea. A Andrea le falta muy poquito para ser profe y hoy estaba ella a cargo de la clase.
Me gusta tomar clases con profesores diferentes. Siempre aprendés algo nuevo. Cada profesor le da su propia impronta al yoga y eso me hace descubrir nuevos modos de abordar un asana o de abordar una serie de asanas.
Hoy, por ejemplo, Andrea nos dio una serie de asanas que comenzaba con la silla yóguica y luego continuaba con algunas variantes de adomukas, urdvamukas combinadas con bujangasanas. Resultó ser una serie muy fuerte e intensa de modo que si no respirabas bien no había modo de seguirla.
La respiración lo es todo. Inhalar y exhalar en los momentos correctos hacen que una serie salga bien o sea un fracaso. Cuando estamos respirando bien la serie sale como por un tubo.
Maravilloso.
En realidad todas estas asanas son una buena excusa para no olvidarse nunca de respirar.
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