Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.
Arriba, en el aire puro
tejía alas de madera
con los árboles vencidos
que habían muerto en las guerras.
Yo cuidaba de esos árboles,
abrazaba sus cortezas,
restañaba sus heridas
acariciándoles las penas.
Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.
Pues miraba a las estrellas
y rogaba que sus nieblas
me llevaran a una selva
donde hubiera una caverna
donde el sol brillara encima
y un sabio allí dijera:
has llegado, amiga mía,
mi extraterrestre andariega.
La selva la hallé en sus ojos,
en su olor de luna llena
y con la tormenta esa noche
tejimos sus alas frescas.
El sol nos brillaba encima
de su danza andariega
y retornamos a la casa
donde las almas despiertan.
Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.
2 comentarios:
hermoso texto
Gracias Vian. Me alegra que te guste.
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